De acuerdo con Javier Arévalo, los videos permiten una elaboración más reposada y reflexionada, y en ese sentido se acerca a los procesos creativos del cine, más trabajo en el guión, en la reproducción y en el armado de las secuencias. Por tanto implica procesos más complejos pero a la vez mayor enriquecimiento en el proceso enseñanza-aprendizaje.
El video se ha convertido en un medio de expresión y de registro para artistas, estudiantes y padres de familia, colectivos e inquietos profesionales que han hecho de este medio un eficaz instrumento didáctico.